27 may 2012

Ascari Ecosse (1998)




El Ascari Ecosse fue una de las creaciones de Ascari Cars, una marca inglesa de automóviles, en la época de los los años 98 y 99 de un pretendido y ágil deportivo. Constitución personal de su diseñador Ken Noble y múltiples inspiraciones hicieron nacer a este modelo que se produjo en muy pocas unidades y que, después de diez años desde su desarrollo, no da la impresión de haber envejecido demasiado.

Ligereza destinada a circuito y gran mecánica, de calidad y de probada reputación. Aluminio y otros materiales ligeros como la fibra de vidrio conforman el chasis y la carrocería del Ecosse, con unas medidas de 4.28 metros de largo, 1.8 metros de ancho y unos más que mínimos 1.12 metros de alto. Su cabina adelantada biplaza cuenta con una amplia superficie acristalada, un grato recuerdo del estilo de diseño utilizado en los 90. Sus extremos delantero y trasero son muy marcados, evidenciando unas ópticas delanteras inspiradas que recuerdan a las del Porsche Carrera GT y unas traseras con un estilo más parecido a los Chevrolet Corvette.

Por dentro este modelo no podría ser más orientado a circuito. A pesar de que por su salpicadero y por su mínima zona central aparece el cuero con costuras en diversos tonos, el vacío interior de peso se hace notar. El acolchado utilizado es suave pero muy fino y los paneles principales están cubiertos de fibra de carbono con poco trato. Sus indicadores son muy simples pero eficaces y el acabado de los mandos es simplemente rudo, incluyendo toscos accionadores en el volante deportivo y un metalizado abrupto para los pedales o el pomo del cambio.

Los amplios orificios externos de circulación de aire se hicieron obligados, con una gran amplitud en los laterales para aportar refrigeración a los frenos de alto rendimiento y, sobre todo, a los grandes bloques V8 de procedencia BMW y tocados por la fina mano de Hartge. Situado en posición central, traduce su energía a las ruedas traseras a través de un cambio manual de cinco marchas. Se instalaron dos opciones, un 4.4 litros de 300 CV y un 4.7 litros que alcanzaba ya los 400 CV a 6.100 vueltas, con el cual sus cifras despuntan profundamente.

Hace el 0 a 100 km/h en sólo 4.1 segundos y su velocidad máxima se aproxima a los 322 km/h. No es de extrañar puesto que su relación peso/potencia es de unos 4.16 kg/CV (1.250 kilogramos de peso en vacío). Que se sepa se han fabricado 17 ejemplares que se han homologado para carretera, todo un lujo al alcance de unos pocos. No sólo por unidades sino por precio, pues éste rondaba aproximadamente las 89.000 libras (unos 98.600 euros).

Uno de los modelos que más se le parecen es el 
Noble M15, cuya estética recuerda bastante además al conocido Saleen S7, o el más conocido TVR Sagaris.



Peso: 1.250 kg
Potencia: 300 – 400 CV
Velocidad Máxima: 322 km/h
0-100km/h: 4,1 seg.
Precio: 98.600 €
Unidades: 17

Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse (2012)






Cuando, en 2005, la francesa Bugatti retomaba la fabricación de deportivos –no lo hacía desde 1995, año en el que finalizó la producción del EB110- con el Veyron y su motor 8.0 W16 ‘tetraturbo’, muchos pensamos: “¿1.001 CV? ¿Tiene sentido semejante salvajada?”. Pues bien, como era de esperar, se convirtió en el coche más rápido del mundo… en línea recta. Fue adquirido por un puñado de multimillonarios que quizá no sabían en qué gastar el dinero, pero también por algunos entendidos en coches. Y fueron estos últimos los que alabaron las prestaciones del Veyron a la vez que sugirieron algunas mejoras dinámicas, pues el ‘juguete’ en cuestión, entre otras cosas, registraba casi dos toneladas en la báscula y no se mostraba todo lo ágel que se esperaba. Esa fue la razón por la que Bugatti presentó, en 2010, el Veyron Super Sport –mismo apellido que lució la variante potenciada del EB110 en 1992-, una versión ‘actualizada’, con carrocería de fibra de carbono, mejoras en el chasis y la suspensión, y 199 CV extras –obtenidos con el empleo de nuevos turbos e intercoolers-. Dicho automóvil estableció un increíble récord de velocidad: 431 km/h, aunque las versiones de calle se limitaron a 415 km/h por razones de seguridad, ya que yendo ‘a tope’ los neumáticos corrían serio peligro de desintegración.

Estéticamente, el Vitesse es tan imponente, corpulento y sobrecogedor como el Super Sport –algo a lo que contribuyen detalles como las llantas de 20” y los neumáticos traseros de 365 mm de anchura- y las posibilidades de personalizar los colores de la carrocería continúan siendo infinitas… pero existen algunas diferencias en el parabrisas, la zaga –sobre la que ‘reposan’ dos llamativas tomas de aire- y, obviamente, en el techo de policarbonato, que en esta variante es desmontable. La pega es que, una vez retirado, no existe un compartimento donde guardarlo dentro del vehículo… así que si salimos de casa descapotados y nos pilla un chaparrón, la única solución es montar una especie de ‘paraguas de emergencia’ que sí va en el maletero y que se puede adaptar al techo del Veyron… aunque con él puesto se recomienda no pasar de 160 km/h. Pero si luce el sol y damos con una recta kilométrica, este Bugatti puede circular ‘a cielo abierto’ a unos espectaculares 385 km/h.

¿Conoces algún coche de calle en cuyo programa de mantenimiento figure la sustitución de llantas? Pues éste es uno. El Veyron genera tales fuerzas centrífugas en las llantas que sufren una considerable ‘fatiga’ y, por ello, se recomienda estrenar juego nuevo cada cinco cambios de neumáticos –que, por cierto, la tracción total, los 1.200 CV y los 1.500 Nm de par se encargan de dilapidar en no mucho más de 4.000 km-. A ese derroche caucho también ayudan los 1.990 kg de peso del coche… una cifra que tampoco es exagerada, teniendo en cuenta que sólo el gigantesco motor 8.0 de 16 cilindros que descansa en la parte central-trasera del coche pesa nada menos que 476 kg, así que más vale que no te derrape de atrás en plena curva. Afortunadamente, y siempre que no desconectes los controles electrónicos, la capacidad de tracción del Veyron Vitesse es tan descomunal… como en sus hermanos de gama.

La carrocería del Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse está más cerca que nunca del asfalto, el carenado de su base se ha perfeccionado para aumentar el efecto suelo. Las entradas de aire frontales han sido mejoradas en términos aerodinámicos con unos aletines.

Para darle más énfasis a este lanzamiento Bugatti decidió que una de las unidades presentadas en Ginebra fuese ataviada de color azul, o mejor dicho, detalles azul celeste y carrocería de fibra de carbono visible teñida de azul. Las llantas pese a sus colores más propios de la cuna de un bebé, blanco y celeste, completaban un trabajo digno de aquellos que nunca quieran pasar desapercibidos; si es que con un Bugatti Veyron existe posibilidad alguna de pasar desapercibidos…

¿Hablamos de cifras? En su versión Vitesse, el Veyron, con sus cuatro enormes turbos y su cambio automático de siete velocidades, acelera de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos –una décima más lento que la variante coupé- y le saca 14 segundos en una aceleración de 0 a 300 km/h a un Porsche 911 GT2 RS de 620 CV. Además, su velocidad máxima es de 410 km/h -5 km/h menos que el Super Sport ‘cerrado’-. Casi sobraría decir que se trata del cabrio más rápido del mundo, incluso si por descapotable consideramos a los monoplazas de F1.

A casi 400 km/h pueden salir mal muchas cosas. ¿Le echarías agallas para alcanzar esa velocidad a cielo descubierto y sin casco? Para mi tranquilidad, al menos me queda el consuelo de que, para conseguir esos registros sin poner en apuros al chasis –y teniendo en cuenta que el coche es descapotable-, se ha reforzado concienzudamente el túnel de la transmisión, los pilares del parabrisas y el montante trasero de las puertas, al igual que sucede con las versión cabrio del Veyron ‘normal’. Y esos esfuerzos no son los únicos que velan por tu seguridad, pues el enorme alerón biplano, que puede regular su posición de forma automática, es capaz de ponerse casi vertical en las frenadas fuertes para que el coeficiente aerodinámico pase momentáneamente de 0,36 a 0,68 Cx –como si de los flaps de las alas de un avión se tratara-. Por otro lado, los neumáticos Michelin de 20” incluyen una tecnología, denominada Pax, que impide que la goma desllante en un pinchazo, permitiendo rodar con relativa seguridad hasta detener el coche. Además, las dos tomas de aire del motor no sólo sirven para refrigerar la mecánica, ya que en sus contornos están ocultos sendos arcos antivuelco y, para terminar, tras las fastuosas llantas se esconden discos de freno carbocerámicos de 400 mm delante y 380 mm detrás.



Peso: 1.990 kg
Potencia: 1.200 CV
Velocidad Máxima: 410 km/h (limitada y con el techo cubierto)
0-100km/h: 2,6 seg.
Precio: 1.700.000 €
Unidades: 350

26 may 2012

Lamborghini Aventador J (2012)




Si piensas que en el mundo del automóvil las cosas suceden por casualidad, estás equivocado… al menos cuando hablamos del Salón del Automóvil más importante de cuantos se celebran en territorio europeo. En la muestra de Ginebra, ser la estrella principal resulta la forma más “sencilla” de estar en todos los corrillos, de acaparar portadas en la prensa del motor y de obtener la máxima repercusión posible.

Unos días antes de que comenzara el Salón, Ferrari se apresuró a “soltar” pequeños adelantos –o teasers, en el argot publicitario- sobre lo que iban a presentar… y, a priori, parecía que lo que con el F12 tenían el lugar de honor más que garantizado. Sin embargo, Lamborghini ha jugado la baza de atacar por sorpresa, y se ha sacado de la manga una versión, ya no descapotable, sino radical e insensata, del Aventador. El nuevo Lamborghini se llama Aventador Jota y es, casualidades de la vida, rojo. Eso se llama provocar al vecino.

El nombre J tampoco es casual. Oficialmente, la marca comenta que hace referencia al “anexo J” de las regulaciones de la FIA, en el que vienen registradas las especificaciones técnicas que deben cumplir los coches en las diferentes disciplinas automovilísticas. También destacan en la nota de prensa del J que esta letra rinde homenaje a una preparación que vendió con esta misma denominación del admirado Lamborghini Miura. Sin embargo, la J puede tener un sentido más patrio. Si el nombre de Aventador procede de un toro al que se indultó en la plaza de Zaragoza en las fiestas del Pilar del año 1993… pero es que, además, es tradición en tierras mañas tocar una jota cuando tiene que salir el sexto toro de la tarde. ¿Otra vez casualidad?

Denominaciones y batallitas aparte, lo que sí es un hecho contrastado es que este J está construido sobre la base del Aventador y, según Stephan Winkelmann, máximo responsable de la marca, “es el descapotable más radical en la historia de Lamborghini y supone la expresión más extrema de nuestro ADN”. Y no le falta razón. Sin embargo, se le puede considerar más bien una de esas locuras que te hacen “lucir” por encima de los demás en un Salón.

La plataforma es un monocasco de fibra de carbono al que se le ha acoplado el motor 6.5 V12 de 700CV heredado de su hermano “cerrado”. El coche mide 4,89 metros de longitud, 2,03 metros de anchura y 1,11 metros de altura, por lo que es 11 cm más largo y dos más bajito que el Aventador. La altura máxima viene marcada por el punto más elevado de la estructura del coche, que es la parte superior de los arcos de seguridad emplazados tras los asientos –lo siguiente más alto sería el retrovisor “interior”, sujeto mediante un brazo al salpicadero-.

Por fuera destaca el empleo de una llantas específicas de 20” en el eje delantero y de 21” en el trasero, ambas con inserciones en fibra de carbono. Por otro lado, a través de la banda roja, que recorrer al habitáculo y separa a conductor y acompañante, se une el morro con el enorme alerón fijo. Según la marca, la vista lateral “recuerda a la silueta de un F1” y las formas fluyen hacia la parte trasera, compuesta por tres elementos principales: un enorme difusor posterior de fibra de carbono en el que se “encastran” cuatro salidas de escape, y unos pilotos de Led’s con la ya tradicional forma visual en Y de la marca italiana. Además, se ha sustituido el parabrisas por dos deflectores que canalizan el viento por encima de la cabeza de los ocupantes. Por su parte, las puertas se abren verticalmente e integran unas ventanillas de una tamaño casi imperceptible –y que, aun así, cuentan con accionamiento eléctrico-.

El interior se ha simplificado al máximo, eliminando elementos como el navegador o, según se recoge en la nota de prensa, “el sistema de aire acondicionado” –aunque en las fotos del interior se puede apreciar un botón rotulado como AC en los mandos de lo que parece un climatizador…-. Así, desaparece la gran pantalla central del salpicadero, pero la instrumentación sigue integrada por dos pantallas TFT. La intención era reducir el peso al máximo, aunque la cifra declarada de 1.575 kg, coincide con el peso de la variante cerrada.

Por supuesto, también hay unos asientos de tipo baquet, pero estos merecen un capítulo aparte. Lamborghini está decidida a convertirse en el referente automovilístico en lo que se refiere a investigación con polímeros reforzados con fibras de carbono, y los asientos del J son un buen exponente de ello. Incorporan “inserciones flexibles” de una tela de fibra de carbono llamada Carbonskin que está fabricada empleando una resina especial que estabiliza la estructura de la fibra… pero conservando cierta flexibilidad. El resultado es una fibra de carbono “blandita” que Lamborghini ha patentado. Según la marca, “existen muchas posibles aplicaciones de este material de cara al futuro, incluso para prendas de vestir de alta costura”.

El salpicadero y, otra vez según la casa italiana, “cuenta únicamente con los botones que sirven para arrancar el motor, manejar el cambio y encender la luces”. Sin embargo, el J expuesto en Ginebra incorporaba el mismo número de mandos que el Aventador convencional, y a juzgar por sus grafías, disponía de botones para los elevalunas eléctricos, sensor de parking… y asientos calefactables. Puede que la explicación sea que Lamborghini no ha querido retirarlos a la espera de conocer la opinión de los potenciales compradores del J –ver más abajo-, o puede que ni siquiera les haya dado tiempo a quitarlos antes del Salón.

En el apartado técnico, el propulsor V12 transmite la potencia a las cuatro ruedas mediante una caja de cambio manual robotizada IGS de siete marchas. Las prestaciones permanecen casi invariadas respecto a la versión coupé… al menos en la aceleración de 0 a 100km/h, que sigue siendo de 2,9 segundos. Por el contrario, el osado diseño y su desfavorable aerodinámica hacen que la velocidad máxima se quede en “sólo” 300km/h, cuando la variante “normal” se planta en los 350km/h.

Según Winkelmann, “un gran número de clientes de alto poder adquisitivo estaban interesados en este coche, pero al final hemos elegido a uno de los más leales, que lo ha comprado por 2,1 millones de euros-. Después de Ginebra, y tras realizar algún tipo de actividad promocional, se lo entregaremos”. Esto quiere decir que sólo existe esta unidad, que no habrá más y que, a no ser que seas el vecino de este anónimo comprador, jamás verás uno de estos circulando por una vía pública.



Peso: 1.575kg
Potencia: 700CV
Velocidad Máxima: 300km/h (limitada)
0-100km/h: 2,9seg.
Precio: 2.100.000€
Unidades: 1

ASC-McLaren Dodge Viper DiamondBack (2006)




American Speciality Cars (ASC) presentó en el NAIAS, el salón del automóvil de Detroit, en el año 2006 una versión preparada del Dodge Viper en la que había colaborado con la mismísima McLaren para trabajar sobre el motor V10. Este prototipo se denominó DiamondBack Viper Concept y básicamente estaba construido para mejorar el ratio de peso/potencia que el deportivo americano tenía originalmente. Tres años después acaban de ponerlo a la venta a un “accesible” precio de 295.000 dólares, y eso gracias a que ya se ha usado porque originalmente su alcanzaba los tres cuartos de millón.

Esta preparación subía un escalón con respecto al modelo del 2006, gracias a que McLaren puso su experiencia en la Fórmula 1 al servicio de su brillante motor de diez cilindros para sacarle una potencia de 615 CV. Este aumento no era especialmente significativo con respecto a la potencia original del motor pero se acompañaba de otra serie de cambios especialmente pensados para ganarle segundos al cronómetro. Por ejemplo se redujo el peso en unos 40 kilogramos con la inserción masiva de fibra de carbono en lugar de otros materiales más pesados y mejorando el tránsito del aire con un mejorado kit de carrocería.

El modelo original del Viper en el 2006 era capaz de surcar los 96 km/h en un tiempo de 4 segundos, mientras que el DiamondBack reducía ese tiempo hasta los 3.5 segundos para alcanzar la centena de km/h. Este es el tiempo que es capaz de realizar el actual Viper de serie pero en su momento suponía una mejora de este tiempo en un 13%, que para un deportivo bastante afinado de por sí no estaba mal. En esta mejora también se incluyen como causas unos mejorados muelles que roban 3 cm de altura y en una salida cuádruple de escape en acero inoxidable.

Externamente luce una elegante tonalidad Artic White con líneas en McLaren Red y en Viper Blue, una perfectamente combinación con el negro de la fibra de carbono. Esta se distingue en los huecos de respiración del capó, los bajos, los laterales, el techo y una forma todavía más masiva en la parte trasera. Hasta en las ruedas se guarda un buen ajuste cromático con su borde cromado, su interior negro y las pinzas de los frenos en tonalidad roja. Por dentro tampoco es un Viper convencional, pues añade una moderna piel y unos baquets deportivos con harneses de color azul con cuatro puntos de seguridad.

Lo cierto es que como opción para unos grandes ricachones está bastante bien, es un modelo totalmente único y es más asequible que por ejemplo un 
Mercedes SLR McLaren. Por cierto, que estéticamente el DiamondBack tiene un aire con el Hamann SLR Volcano.


Peso: 1.550 kg
Potencia: 615 CV
Velocidad Máxima:
0-100km/h: 3,5 seg.
Precio: 295.00 $
Unidades: 1

24 may 2012

Morgan EvaGT (2010)



En 1963 Morgan mostró al mundo en la exhibición de Earls Court el Plus 4 Plus, un cupé de fibra de vidrio con propulsor TR4 del que apenas se construyeron 26 unidades en dos años. Esta reducida aceptación provocó que todos sus recursos se centrasen desde ese momento en el segmento de los cabrios, una tendencia que la firma británica se ha encargado de alterar con su última adquisición. Tiene configuración 2+2 y ha sido bautizada como Eva GT e iniciará su incursión europea en 2012 con una dosis limitada a 100 unidades que costarán alrededor de 85.000€, amén de una fianza de otros 6.000 euros para reservar uno de sus ejemplares.

El EvaGT fue presentado en la 60 edición del Concurso de Elegancia de Pebble Beach, celebrado en Carmel, California (EE.UU.), en agosto de 2010.
Sus aerodinámicas dimensiones -4,7 metros de largo, 1,8 de ancho y únicamente 1,2 de altura- sólo son un mínimo aperitivo de su elevado potencial deportivo. El chasis, derivado del espectacular Aero Supersports, ha sido construido íntegramente en aluminio, mientras que el resto de componentes de la carrocería también se han fabricado con materiales ligeros para firmar un peso total de apenas 1.250 kilos.

La, digamos extravagante, silueta del EvaGT consta de dos áreas bien diferenciadas que contrastan entre sí. De un lado, su frontal pletórico hacia las aletas delanteras justifica una línea del capó muy perfilada, mientras que la ligera caída del techo guía la vista hacia la achatada zona posterior, donde intervienen sus pilotos traseros retroiluminados mediante tecnología LED y un spoiler puntiagudo.

A pesar de su descomunal apariencia y su voracidad prestacional -275km/h de punta y 4,5 segundos para acelerar de 0 a 100km/h-, Morgan afirma que se trata del coche más económico de la gama, ya que su consumo en ciclo mixto apenas es de 7,5 litros. Su propulsor, un seis cilindros en línea biturbo, ha sido desarrollado por BMW y rinde 310CV. Está asociado a dos tipos de transmisiones –una manual y otra automática, ambas de seis relaciones- y tiene una tracción a las cuatro ruedas.


Peso: 1.250 kg
Potencia: 306 CV
Velocidad Máxima: 273 km/h
0-100km/h: 4.5 seg.
Precio: 85.000 €
Unidades: 100

Alpina B12 E31 BMW Serie 8 (1989)



El BMW Serie 8 con código E31 fue un coupé de dos puertas y 2+2 plazas que se vendió una década entera desde el año 1989. Hubo diferentes versiones cuyas potencias oscilaban entre los 218 y los 380 CV, sin olvidar que existió en proyecto una versión M8 con un motor V12 de 550 CV pero que nunca llegó a ver la luz de la producción en serie. En su momento hubo grandes preparaciones de este modelo y una de las más interesantes fue la que realizó el conocido preparador Alpina con su Alpina B12 E31.

Estéticamente mantenía el estilo del Serie 8 original incluidas sus amplias dimensiones, con 4.78 m de longitud, 1.85 m de anchura y 1.33 m de altura, aunque incluía pequeños detalles para diferenciarse de este. Por ejemplo, la pared frontal incluía unos bajos con la nomenclatura Alpina y unas finas tiras horizontales que además se extendían por todo el lateral, aportando una imagen diferente pero sin perder un ápice del espíritu cupé señorial. Igual que caracteriza actualmente a las preparaciones de esta firma, el B12 incluía una nueva tipografía específica para el número del modelo.

Alpina le puso las manos a dos versiones diferentes del coupé. La variante 850i constaba de un motor M70 V8 de 5.0 litros y 300 CV, que fueron aumentados a través de varios retoques hasta los 350 CV. Originalmente se acompañaba este ocho cilindros de un cambio manual de seis marchas o un automático de cuatro, siendo esta opción la elegida para la preparación. Era capaz de alcanzar un máximo de 280 km/h y tardaba sólo 6.8 segundos para alcanzar los 100 km/h, manteniendo además el consumo medio alcanzaba los 10.5 litros/100 km.

La superior versión 850CSi constaba del bloque S70 con 5.7 litros de desplazamiento y doce cilindros ofrecía unos 380 CV. Alpina fue capaz de incrementar su potencia hasta los 416 CV, que se trasladaban a las ruedas traseras a través de un cambio manual de seis marchas. En esta versión las capacidades se disparaban, reduciendo en un segundo el tiempo para alcanzar la centena de km/h y siendo capaz de rebasar la barrera de los 300 km/h. 13.4 litros/100 km era su consumo medio, relativamente correcto para la época y el propulsor.

Incrementando sus capacidades de agarre al asfalto, sumaba unos discos de freno Performance enganchados a unas llantas de aleación de 18 pulgadas con un diseño simple pero elegante. Los neumáticos eran de 245/40 en las cuatro ruedas en el 850i mientras que el 850CSi retocado montaba unos 245/40 ZR18 en el eje delantero y unos 285/35 ZR 18 en el eje trasero.

En resumen, una preparación sobre un auténtico cupé alemán, sencilla pero con un toque más de potencia para los consumidores más exigentes.



Peso:
Potencia: 350CV-416CV
Velocidad Máxima: 280km/h-300km/h
0-100km/h: 6.8seg.-5.8seg.
Precio:
Unidades: 57

Red Bull X1 Prototype



Los padres de la criatura (virtual) son, por un lado, el mayor experto de simuladores de conducción, Kazunori Yamauchi, creador de la salga Gran Turismo de Polyphony para la PlayStation. Poro otro, Adrian Newey, diseñador del Red Bull RB6 de F1 y probablemente el ingeniero con más éxito de la F1 actual. Conseguir a ambos trabajando juntos es como tener a Nadal y Federer como pareja de dobles.

Y su empeño es averiguar hasta dónde puede llegar un Fórmula 1 sin estar ligado a ningún reglamento ni limitación, sólo con el objeto de ser lo más rápido posible.

La idea de crear el coche más rápido del mundo había estado en la mente de Yamauchi durante años. Una ardua tarea incluso para el creador del mejor simulador de conducción, el Gran Turismo, lanzado orignalmente en 1997. “Polyphony estaba trabajando en el diseño de este coche”, explica Yamauchi, “pero mi siguiente idea era trabajar con un diseñador de coches de carreras experimentado, el mejor del mundo. Y encontramos una conexión con Adrian Newey”.

“No puedo olvidar lo nervioso que estaba cuando fuimos a Red Bull Racing en Milton Keynes (Inglaterra) y presentamos el proyecto a Adrian por primera vez. Esperaba que dijera “¡es una basura!”, pero Adrian se interesó en nuestros esquemas y modelos y le gustó el diseño. Y nos dio unos consejos perfectamente detallados como sólo Adrian sabía”.

Y no puede haber mejor mentor que Newey. Su estelar carrera en la F1 empezó en Fittipaldi y March, para luego ir a EEUU donde creó los diseños que ganaron el IMSA GTP en 1983 y 1984. El año siguiente ganó la Indy –el equivalente en EEUU de la F1-. En 1990, con Williams, ganó cinco títulos de constructores, nada menos que con Mansell, Hill, Prost y Villeneuve –alguno de ellos, por cierto, no hubiera ganado el campeonato de no contar con un vehículo netamente superior-. Siguieron más campeonatos en 1998 y 1999 con McLaren y acaba de conseguir con Red Bull.

Newey afronta el proyecto del Gran Turismo 5 con la misma intensidad que aplica en la F1 pero con mucha más libertad en las facetas mecánica y aerodinámica. La primera sorpresa viene del motor, una turbina de gas.

“Las turbinas de gas generan mucha potencia y son relativamente ligeras para la potencia que suministran”, explica Newey. “No obstante, el problema con las turbinas de gas es que les gusta girar a una velocidad constante y tienen una mala respuesta al acelerador, que es por lo que no han tenido éxito en el pasado. Puedes evitar estos problemas inherentes con una transmisión continua variable, como usamos en el Williams en 1993. Efectivamente, puedes mantener la turbina a velocidad constante usando la transmisión para variar la velocidad de la rueda”.

Por prudencia, Newey declina especular sobre la potencia de la turbina y la velocidad máxima. Por suerte, Polyphony no, y calcula una potencia de unos 1.500CV y 400km/h. Para conseguir esa velocidad máxima, la aerodinámica es crítica.

“Los dos elementos más significativos del X1 son las ruedas carenadas y el ventilador para hacer que el apoyo aerodinámico sea independiente de la velocidad”, comenta Newey.

“Las ruedas carenadas son una ayuda enorme para la resistencia y el apoyo aerodinámico. No obstante, la aerodinámica convencional solo trabaja en función de la velocidad al cuadrado, así que a baja velocidad, incluso con las ruedas carenadas, no tienes mucho apoyo. Aquí es donde interviene el ventilador, que actuar como un aspirador y es independiente de la velocidad del coche, incrementando el apoyo a baja y media velocidad de una manera enorme”. Por supuesto, habría que contar con suspensiones regulables que mantuviesen constante la altura del suelo.

Al contrario de un fórmula 1 de verdad, el X1 no se ha probado en el túnel de viento, pero está claro que el potencial de este coche no tiene límites. Newey, otra vez prudente, no quiere ofrecer cifras. “Son todo suposiciones, ya que el X1 no ha estado en el túnel de viento, pero las ganancias potenciales son masivas. El apoyo de los F1 actuales está muy restringido, así que esto estaría en otro nivel”. En el Gran Turismo 5, el X1 Prototipo produce 8,25g de aceleración lateral y más de 2.500kg de apoyo a 300km/h. Sebastian Vettel fue la primera persona en probar el X1 e inmediatamente estableció un tiempo en Suzuka 20 segundos más rápido que su propio F1 de 2009.

Después del motor y la aerodinámica, otros factores cruciales en un F1 son las ruedas y los frenos. Los F1 actuales llevan ruedas de sólo 13” y perfil alto. Parecería lógico ir a un diámetro mayor y neumáticos de perfil bajo, pero Newey lo niega. “De hecho, un perfil alto es esencial en un coche de poco peso y mucha carga, si no se volvería inconducible”. Se podría ir hasta 15 pulgadas, pero no más. El carbono sigue siendo el material óptimo para los frenos, pero necesitarías un sistemas de asistencia y un ABS de cuatro canales”. En cuanto a los controles de tracción y estabilidad, Newey no los encuentra una gran ventaja para los mejores pilotos.

Newey parece en cierto modo frustrado por las reglas actuales, demasiado restrictivas, pero es realista sobre la necesidad de ofrecer espectáculo. “Para mí, es siempre importante que los reglamentos permitan el desarrollo de los coches y la innovación. Y el conjunto es una combinación de habilidad del piloto y prestaciones aerodinámicas. Debería ser posible para el mejor piloto con un coche un poco más lento competir contra un piloto menos bueno en el coche más rápido. Esta combinación es esencial en fórmula 1. Si se desequilibra completamente hacia uno u otro lado, entonces resulta mucho menos atractivo”.

Resulta tentador que Newey volviese a colaborar con Polyphony para diseñar el coche de calle más rápido del mundo pero, por ahora, nos podemos conformar con el X1 Prototipo. Y es que, al contrario que en la mayoría de los casos, el X1 es un coche que sí nos podemos permitir… aunque sea virtualmente.



M. Lerma (Revista “Car”)

Peso: 545kg
Potencia: 1.500CV
Velocidad Máxima: 400km/h
0-100km/h:
Precio:
Unidades: